Sociedad 19 de Octubre de 2021

Se agotó el libro “Lo que el tiempo se llevó de los alemanes del Volga”, del escritor Julio César Melchior

Se agotó el libro “Lo que el tiempo se llevó de los alemanes del Volga”, del escritor Julio César Melchior

Por: Ezequiel Villanueva

El libro que se agotó en su cuarta edición es en realidad dos obras en una. La primera lleva precisamente por título “Lo que el tiempo se llevó de los alemanes del Volga” mientras que la segunda se titula “Lo que el tiempo se llevó en imágenes: costumbres y tradiciones”. Por eso el libro es un compendio de historias cotidianas, vivencias y anécdotas, reconstruidas fielmente, teniendo en cuenta el contexto histórico en que ocurrió cada una de ellas. Mientras que en la segunda parte se rescatan usos y costumbres de la vida diaria, desde la forma de vestir, trabajar, sucesos de la escuela primaria y la niñez, el amor, la amistad y los grupos musicales, profusamente ilustrado con fotografías antiguas. Todos pilares fundamentales que hacen a la identidad de los alemanes del Volga y que, tal como dice el libro, el tiempo se llevó.

Leer las páginas del libro es desandar el largo camino del recuerdo, volver la mirada atrás a un tiempo que a veces parece muy lejano y otras, parece estar allí no más. Esto es así porque la obra está escrita con una enorme sabiduría histórica, que supo trascender los años y rescatar en sus páginas no solamente lo que los alemanes del Volga trajeron consigo desde las orillas del río Volga al fundar las colonias y aldeas a lo largo y ancho de la república Argentina sino que también supo captar la esencia primordial de historias, tradiciones y costumbres que hasta hace muy pocos años todavía estaban vigentes entre los habitantes de las comunidades fundadas por los primeros inmigrantes. Por eso, en la obra late el sentimiento de la melancolía por un tiempo que ya se fue, que ya no volverá, pero a la vez se siente la nostalgia de un tiempo que todos llegamos a vivir y a disfrutar, un tiempo que, para muchos de nosotros, se quedó ahí no más, en los umbrales de nuestra adolescencia, atrapado para siempre en nuestra infancia, en la casa materna, junto a nuestros padres y nuestros abuelos.  

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