El recuerdo de Luisa Braganza a 13 años de su fallecimiento
Por: Nuevo Día
Un año antes de su deceso, había recibido el premio ‘Yvonee Trillia de Leschot’ a la mujer en la literatura, en el mes de marzo de 2008 y en agosto del mismo año fue elegida como la ‘Suarense Destacada’, una distinción que se demoró en su llegada, pero finalmente llegó, y en cada ocasión, dejó pinceladas de su pasión por la palabra y lo que ella puede encerrar.
A trece años de su desaparición física, desde Nuevo Día queremos recordar sus palabras en esa oportunidad, ante un Mercado de las Artes colmado, donde Luisa expresaba que “muchas veces me pregunté para qué sirven estas cosas, estos reconocimientos y diplomas. Y llegué a una conclusión: sirven no para las vanidades, porque se las comen los gusanos, sirven para legitimizar la obra que uno hace. Yo no quiero tomarme en serio, pero sí quiero que me tomen en serio; que crean en lo que yo creo. De no ser así esto es un fracaso”.
Luego avanzó en su reflexión expresando que “uno es nada más que un instrumento, algo, alguien que puso Dios en este tiempo y en este lugar para cumplir una misión. Siento que a mí me llamó para ser un poco el tábano de la lectura en la infancia, de la lucha por el respeto por la cultura, por la educación y el amor a las artes, por la pasión a la poesía”.
Meses más tarde fue galardonada como la ‘Suarense Destacada’ y al recibir la mención destacó: “Este es un gran homenaje, pero creo que cuando un homenaje queda solo en la persona que lo recibe no se está viviendo un momento importante”, dijo Luisa Braganza aquella noche y añadió que “el homenaje debe trascender hacia el ideal perseguido o a la institución a quien esa persona representa o hacia aquellos por quienes trabajó el homenajeado. Este es mi criterio. Nadie es nada solo, somos uno con los otros y con el universo todo”.
Entre su destacado trabajo puede destacarse que fue la fundadora de la bibliotequita, recorrió infinidad de escuelas rurales con su ‘valija viajera’, instó a participar de concursos literarios a decenas de miles de niños y fue la gestora de que Coronel Suárez se transformara en la ‘Ciudad de los niños lectores’.
Su tarea se vio más que representada en la sonrisa de cada niño cuando le contaba un cuento o le entregaba un libro para que lo disfrutara, con su sensibilidad y don de muy buena persona. Su legado perduró en el recuerdo de la comunidad, sus amigos y su familia, que hoy a trece años de su fallecimiento la tiene siempre presente.
Desde la Biblioteca Popular Infantil
El sábado desde la institución que fundó, se la recordó con un mensaje.
¡Luisa Braganza siempre presente! Gracias Luisita por dejarnos este maravilloso legado.
¡LA PEQUEÑA GIGANTE!
